
Siempre digo que cada persona tiene que vivir, escribir su historia viviéndola, es el legado que dejará tras su muerte. Es su derecho y es su libertad de hacerlo como quiera, donde quiera y con quien quiera. Esto lo digo porque estoy harta de escuchar en numerosas ocasiones y por diferentes personas comentarios insultantes y críticas acusadoras por la forma de vestir, de peinarse, por el gusto musical, por el tamaño de la nariz, por su raza... y un largo etc... de los demás.
¿ Quiénes somos para juzgar a nadie por su aspecto físico o por lo qué escucha o por cómo baila, por el color de su piel...?. Yo, no soy nadie para hacerlo, nadie es nadie para hacerlo.
El hecho de que cada persona es como sea, como le de la real gana no afecta ni daña mi personalidad ( no debería dañarla, porque si la dañara yo tendría un problema ), entonces, ¿ por qué habría qué juzgar yo la suya ?. Defiendo la libertad de las personas y las acepto tal y como son, y repudio la discriminacion, el racismo y xenofobia.
Un claro ejemplo de como lo importante no es nuestra apariencia. - Los ciegos no ven la ropa que vestimos, como nos peinamos, como bailamos, como nos maquillamos, el color de nuestra piel... ellos ven y sienten como estamos amueblados por dentro, esa es la auténtica y única elegancia, es el autentico y único nuestro YO, nuestro interior. Cada uno viste, se peina... para gustarse así mismo, no para gustar a nadie necesariamente, porque ni el más pintado gusta a todo el mundo. El hecho de que alguien no tenga el mismo color de piel, no hable el mismo idioma, no tenga los mismos gustos que otros... y tantas otras cosas más, no le hace ser inferior. Nadie es superior a nadie, y nadie es inferior a nadie
En cumpleaños o en fechas señaladas en que todos recibimos algún regalo, el valor del regalo está siempre dentro de la cajita, pues eso es nuestro físico, una cajita que guarda nuestro valor auténtico, en nuestro caso, el valor humano.
Vivamos nuestras vidas y respetemos la vida de los demás... porque todo lo que hacemos, todo lo que decimos, forma parte de nuestra historia, es nuestro legado.
Compartimos el mundo, compartimos nuestras vidas, pero nadie puede ni debe vivir la vida de nadie, y mucho menos, criticarla o juzgarla, porque no es un delito, ser uno mismo. (Que sean juzgados, los que realmente cometen delitos).
Apliquemos la igualdad y la libertad y respetémosla.
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